Leo mucho por internet a chicas que a partir de la semana 35, 36... en adelante, dicen que ya tienen muchas ganas de que llegue el parto, de verles la carita a sus niños, de que se acaben las molestias de estar embarazada, y etc.
Yo no siento eso. De hecho, lo leo y me cuesta entenderlo, pero creo que es básicamente por dos razones:
Razón 1: Las que hemos estado en reposo por amenaza de parto prematuro nos hemos concentrado tanto en "no parir antes de tiempo" que cambiar el chip es difícil y se hace hasta antinatural.
Dejar pasar un día, otro y otro, sin más objetivo que ver pasar los días, sin poder disfrutar de ellos... hace que te acerques a la fecha de finalización y pienses "Pero ¿ya?"
Ha pasado el tiempo, pero no has disfrutado plenamente del estar embarazada, por esa tensión de fondo, ese miedo constante a que se desencadenara antes de tiempo.
Razón 2: En mi caso, me encuentro bastante bien: no tengo acidez, ni mareos, ni retengo líquidos, ni estreñimiento, ni me he engordado mucho... en fin, que no tengo molestias físicas - hasta ahora - que me hagan insoportable seguir embarazada. Estoy la mar de bien! (quitando el asuntillo del reposo absoluto, claro)
Así que se me junta la Razón 2 con la Razón 1 y con otra cosa que llamo "acojone-por-la-cercanía-del-parto", y la verdad es que no tengo ningunas ganas porque llegue el momento. Todavía.
Aunque, ja! Como si dependiera de mí...
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